Aquí no se refiere a la suma del conocimiento, o a la totalidad de los saberes, sino que implica la idea de un conocimiento perfecto, completo, necesario para la vida en Cristo. Entendiendo además que el concepto bíblico y apostólico de perfección, difiere mucho de como lo consideramos nosotros hoy.
Col 3.9-17 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
El conocimiento pleno es un objetivo que parece jactancioso, se nos dice no solo que es posible, según la Palabra, sino que vamos a llegar. El principal estorbo es la mentira, la ausencia, por acción u omisión de la verdad.
Se nos exhorta a una acción voluntaria de despojarnos, desvestirnos, vestirnos y revestirnos. La consecuencia será la renovación, hasta el conocimiento pleno.
Solo el nuevo hombre puede alcanzar el conocimiento pleno
En el conocimiento pleno, no hay “lineas de pensamiento”, “doctrinales”, “sectarismos”, “denominaciones”:
no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos
Cristo es la verdad (no se mientan). El amor es el vínculo perfecto, la relación, unión o más bien comunión perfecta, Él es “el todo” y “en” todos. Quienes pretendan salir de esta verdad seguirán dando vueltas en el desierto.
Al conocimiento pleno, podremos arribar solo por revelación del Espíritu, y es claro que el Espíritu nos llena, en la medida que “tenga espacio”, espacio vacío, lugar que hayamos logrado voluntariamente, limpiando, despojándonos, sacando las cosas que estorban, filosofías, pensamientos, convicciones (sobrevaloradas en este tiempo) y conclusiones a las que arribamos humanamente.
Conocimiento teológico humano
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría
Solemos ser muy celosos de “la Palabra”, refiriéndonos a la Biblia, a las Escrituras, sin embargo, sin restar valor a una verdad para reforzar otra, Pablo es enfático: La palabra de Cristo more en abundancia…
Lo que se resalta aquí es que es posible que usemos el mismo texto, la misma versión, las Escrituras, pero operemos en el viejo hombre, que está viciado, plagado de preconceptos, temporalidades, un pacto caduco y lo más lamentable: mentira.
2 Cor 3.13-15 …teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido.
Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.
Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.
TLA Tan seguros estamos de todo esto, que no nos da miedo hablar. No hacemos como Moisés, que se tapaba la cara con un velo para que los israelitas no vieran que el brillo de su cara se iba apagando. Ellos nunca entendieron esto. Por eso hasta el día de hoy, cuando leen los libros de Moisés, no lo entienden.
Según este pasaje, lo que hacía Moises, era aparentar, quería disimular el mantenimiento de una gloria que se desvanecía, por eso Pablo dice “usamos de mucha franqueza”, y “no se mientan” entre ustedes, la palabra de Cristo more en abundancia. La verdad, que es Cristo hace que el velo el templo se rompa de arriba hacia abajo y todo quede al descubierto. El nuevo hombre puede y debe moverse en el “conocimiento pleno”.
Sean plenamente capaces de comprender
La capacidad para comprender viene dada por el Espíritu, en el hombre interior, el nuevo hombre, que no es otra cosa que Cristo mismo habitando nuestros corazones. Es una acción corporativa, junto a todos los santos, con el amor (ágape) como raíz o fundamento. El resultado es nuevamente: ¡Plenitud!
Ef 3.14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,