Logos y jrema

Juan 17.6-8 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra (logos). Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras (jrema) que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

“Las palabras que me diste”

Lo que me dijiste que diga, el jrema, las palabras (jrema) que me diste, les he dado; y ellos las recibiéron, y han conocido (ginosko).

Logos: La palabra de Dios en su plenitud, Cristo mismo es el Logos de Dios.

Jn 1.1 En el principio era el Verbo (logos), y el Verbo (logos) era con Dios, y el Verbo (logos) era Dios.

Juan define a nuestro propio Señor como el Logos, como la palabra de Dios, la revelación de Su voluntad.

Jrema: Un dicho, una palabra específica, un mensaje directo. También definida como rhema o rema. Es un mensaje específico, en el antiguo testamento cuando Dios hablaba y daba un mensaje directo o a través de un profeta, era “dabar” 

Ex 20.19 Y dijeron a Moisés: Habla (dabar) tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable (dabar) Dios con nosotros, para que no muramos.

Deberíamos “guardar la palabra” ser bautizados, sumergidos en ella, y escuchar sus dichos, el jrema, lo que el Espíritu tiene para nosotros, la palabra específica, revelada, que nos da dirección, que abre nuestros ojos, que se transforma en “palabra profética”.

Jn 5.47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras (jrema)?

“Mis palabras” es jrema, son las palabras dichas por Jesús.

El conocimiento de Dios (ginosko) viene cuando conocemos la palabra, el logos, a Cristo, y el Espíritu nos habla a través de ella, el Jrema, lo que el Señor “Nos dice”.

Solo tú 

Pedro pudo captar el verdadero propósito de estar con el maestro. Solo él les podía hablar palabras (jrema) que daban vida eterna (zoé)

Jn 6.68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna

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